¿Qué es una buena película? La gente elige las películas que quiere ver por diferentes razones: a menudo por su preferencia por géneros, estrellas o actores particulares, o por ciertos directores, o por su tema. También pueden verse influenciados por publicidad llamativa o la intensa energia que se genera en torno al estreno de una película, o simplemente por conveniencia. Haces clic en cualquiera de las muchas imágenes del tamaño de un sello postal que representan películas que llama la atención mientras revisas las muchas opciones en cualquiera de los servicios de streaming cada vez, que son más y más cada día. Si la imagen impacta y es, además, adornada con laureles de festivales de cine, mucho mejor. Lo más probable es que sea una "buena" película.
Los premios que ganan las películas en festivales de cine son una de las formas en que las distribuidoras escogen entre la enorme cantidad de filmes que se hace cada año en el mundo. Esto los abre el camino a la posibilidad de formar parte del océano de opciones disponibles a través de los servicios de streaming. No es la única manera de lograr esta meta. Hay muchas películas que son simplemente productos comerciales creados para satisfacer la demanda existente de películas que encajan en categorías con las que los espectadores ya se sienten cómodos, que ya saben que les gustan. Claro está, a muchas personas no les importa mucho si una película ha ganado premios o no.
Hacer cine es caro y la competencia por el reconocimiento y la distribución de una película es dura. No todos tienen el tiempo, ni el dinero ni la ayuda que necesitan para poder presentar su filme en muchos festivales o ir a los mercados de cine para tratar de venderlo a un distribuidor. La mayoría de las películas no ganarán premios, lo que hace que sea un poco menos probable que te las encuentres mientras revisas las opciones que te recomienda tu algoritmo.
Los con interés en películas que ganan premios en festivales tienden a buscar aquellas que rompen el molde, que empujan al espectador a procesar y comprender lo que vea de manera diferente. Pueden ser el producto de la visión idiosincrásica de un director en particular. Pueden caracterizarse por la iconografía no inmediatamente reconocible de una cultura que no es la propia del espectador, o pueden poseer una temporalidad que es más rápida o más lenta o con un ritmo diferente al que se siente intuitivamente "natural". Características como estas, que obligan a los espectadores a ver y entender de manera diferente, llevan a los jurados en los festivales de cine que son realmente buenos a determinar que una película tiene cualidades que son lo suficientemente singulares como para merecer un premio. Esto es, por supuesto, una decisión subjetiva y colectiva, y por eso siempre es interesante fijarse en quiénes exactamente son los miembros de los jurados que otorgan los premios.
En muchos festivales, los nombres de los jurados no se hacen públicos. ¿Quién sabe cómo se toman las decisiones? En algunos, las películas ganadoras son esencialmente las que eligen los organizadores del festival, y cualquiera puede montar un festival de cine. En otros, puede ser que los criterios para seleccionar a los jurados no sean necesariamente sus credenciales cinematográficas. Los festivales que se enfocan en temas ambientales, por ejemplo, pueden elegir jurados con trasfondos más ecológicos que cinematográficos.
Fui jurado en un festival de cine estudiantil que funcionó de la siguiente manera. Siendo yo directora de un programa de cine, me invitaron a someter filmes estudiantiles en representación de nuestro programa. Fui además jurado ayudando a seleccionar las películas que recibirían premios, junto con otros profesores de cine que representaban a todos los programas participantes. Dado que sería natural que los profesores quisieran apoyar a sus propios estudiantes, se nos asignaron solo películas de otras escuelas y se nos pidió que las clasificáramos usando números. Luego, los organizadores del festival promediaron los números para determinar cuales habían recibido los puntajes más altos y, por lo tanto, recibiría los premios. Entiendo que fue una forma apropiada y justa de evaluar este grupo de películas en estas circunstancias. Nunca conocí a los otros miembros del jurado y no sé quiénes eran. Los Oscares utilizan un sistema semejante. Todos los miembros de la Academia emiten sus votos y luego se cuentan los votos.
Pero los festivales que más me interesan son aquellos en los que sé exactamente quienes son los miembros del jurado, y en que el festival de hecho hace alarde de la selección y le da mucho protagonismo al jurado. Es lo que hace el Festival de Cannes. El anuncio de quién estará en el jurado del festival cada año es un evento casi tan grande como el anuncio de los ganadores. En Francia, les encanta exaltar a artistas e intelectuales. Los programas de entrevistas nocturnos en los EE. UU. brindan una plataforma para que una estrella de cine brille durante diez o quince minutos antes de que llegue el siguiente invitado, pero en la televisión francesa, un programa puede brindarle a un filósofo, historiador, novelista o cineasta una hora de tiempo ininterrumpido para discutir en profundidad su trabajo y sus ideas. La selección del jurado en Cannes reúne a un grupo cuidadosamente seleccionado de artistas cinematográficos de una variedad de países, muchos de los cuales han ganado muchos premios ellos mismos. Este año los jurados que otorgaron la Palma de Oro al largometraje procedían de Francia, Estados Unidos, Suecia, Afganistán, Argentina, Zambia y Marruecos. Esta variedad de perspectivas es importante. No todos vemos de la misma manera ni sabemos las mismas cosas. Francia suele estar bien representada en los jurados de Cannes y no es de extrañar que un buen número de películas francesas reciban premios en su propio país. En Venecia, las películas italianas están muy presentes, y las películas estadounidenses dominan los Oscares. Hay miembros del jurado de Cannes que mucha gente no conocerá, pero el sitio web del festival incluye fotos de ellos junto con biografías para poder conocerles mejor y ver lo que cada uno aportó a la química del grupo cuya deliberación resultó en la selección de la película ganadora este año.
También me encanta de Cannes que cuando se entregan los premios, el jurado se sienta en el escenario y ve al ganador subir para recibir el premio. No podrían estar más presentes, y nosotros, los espectadores, estamos allí también para escuchar los comentarios del director y observar todas las expresiones faciales y el lenguaje corporal tanto del ganador como de los miembros del jurado mientras comparten este momento sumamente público en el mismo espacio en tiempo real.
Este año el presidente del jurado fue el director sueco Ruben Ostlund cuyas inquietantes películas desmontan la idea de Suecia como una sociedad tolerante y utópica. Estaba el director argentino Damian Szifron, de quien soy gran admiradora. También formó parte del jurado Julie Ducournau, directora de Titane, ganadora de la Palma de Oro de 2021, una película francesa sobre una asesina en serie. Ducournau fue solo la segunda directora en ganar la Palma de Oro después de Jane Campion. Me gustan las películas de Ostlund y siento curiosidad por Titane, aunque verla me da miedo ya que entiendo que es muy violenta. Estoy seguro de que hubo muchos factores en juego en la selección de la película ganadora de este año. Pero quizás no sea tan sorprendente que haya sido Anatomía de una caída, un thriller dirigido por una francesa.
¿Me gustaría esta película? ¿Quién sabe? Pero, el hecho de que fue premiado en Cannes por este jurado lo hace más probable.
Hablando de mis propias experiencias siendo jurado en diferentes tipos de festivales, la experiencia de reunirse con otros profesionales del cine para discutir las películas en competencia y tomar una decisión no es lo mismo que asignar números y dejar el cómputo y la decisión final a otros. Los miembros de un jurado se conocen cuando tienen la oportunidad de tener estas conversaciones, en las cuales tenemos que usar palabras para explicar a otros las impresiones que tenemos de las películas que hemos visto.
¿Qué es lo más llamativo de la narrativa o estructura de la película, la dirección, la actuación, la cinematografía, el montaje, las ideas presentadas, el ambiente del filme, o cualquier combinación inefable de estas y otras cosas? No todos pensamos lo mismo. No nos fijamos necesariamente en las mismas cosas ni les asignamos el mismo significado o valor. He participado en jurados en festivales de cine latinoamericanos en los que se le pedía al jurado que escribiera un laudo, es decir una breve declaración en la que ponemos en palabras las cualidades de la película ganadora que admiramos para leerlo cuando otorgamos el premio. Tener que encontrar el lenguaje adecuado para describir con precisión estas cualidades sin recurrir al cliché es un buen ejercicio.
Cuando los miembros de un jurado tienen la oportunidad de asistir a un festival, y no solo conversar a través de pantallas como se ha vuelto más común en esta era digital y ciertamente es el caso de muchos festivales que no pueden pagar los gastos de viaje de los miembros del jurado, esto provee la oportunidad de desarrollar una conversación polifacética durante la duración del festival. Esta serie de encuentros - durante el desayuno o el almuerzo, después de ver una película juntos, en ruta hacia el cine - nos da el tiempo para pensar a fondo, y con otros, sobre lo que es importante o interesante, para cada cual, en el cine en general, y en las películas que estamos viendo en el festival. Son conversaciones dialécticas que inyectan energía y impulsan el cine adelante. Esta es la importancia de festivales como Cannes.
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